Empezaré diciendo que esta recopilación de palabras no pretende ser un tratado especializado, solo es una aportación testimonial e incluso sentimental ya que siempre las he escuchado y usado en el entorno familiar y próximo. Tanto mi familia materna como la paterna proceden del pueblo de Salvaleón desde muchas generaciones. A los de este pueblo se les llama porrineros por la finca comunal Monte Porrino. A causa de la emigración de mis padres, yo nací en Badajoz pero siempre las he conocido y apreciado. Entre ellas hay términos del castellano que son arcaísmos, otros son localismos y también hay vulgarismos, y otros, por ejemplo, procedentes del árabe o del portugués. Muchos de estos términos son comunes también en Badajoz y en otros lugares del territorio extremeño e incluso de fuera de él, aunque no siempre con la misma acepción. En años pasados eran cotidianas y muy corrientes. En general, cada pueblo tenía sus propias peculiaridades tanto respecto al léxico utilizado como a la entonación, de manera que solo oyendo hablar a una persona desconocida se distinguía fácilmente su procedencia. Pero desde las décadas de los años sesenta y setenta del pasado siglo veinte con la popularización de medios de comunicación, la radio, la televisión, con la emigración que propició el contacto con otras comunidades, los automóviles que permitían viajar con más facilidad entre poblaciones y también la mayor escolarización, todo ello ha contribuido a una uniformización de la lengua de tal manera que ahora esas palabras se han convertido en reliquias solo usadas en todo caso por los más mayores. Una cosa singular de Salvaleón, que me resulta encantador, es el tratamiento que se daba a los adultos anteponiendo al nombre propio la palabra hermano o hermana, como hermana Juana o abreviando "mana" Juana. Espero que para quien visite este blog y las recuerde o las conozca por primera vez, supongan un deleite como lo son para mi y no acaben barridas por el olvido del tiempo. He de decir que a modo de reivindicación yo las uso siempre que puedo.
Por último indicar que como prácticamente siempre las escuché en su forma oral, algunas grafías puede que no sean las correctas y otras se transcriben tal como se escuchaban literalmente.
María A. Matos López
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